sábado, 6 de julio de 2013

Los terapeutas (Capitulo 7)

Las terapias

Vamos a ver si puedo hacer un buen recuento de las personas que me ayudaron, las que me traumatizaron y las que no me dejaron nada.

Beatriz Manrique

Beatriz es un genio. Ella fue una de las autoras de un programa nacional para la estimulación de los bebes antes de nacer que tuvo gran acogida en otros países más que en Venezuela. Estimulación de la inteligencia. Cuando tenía 13 años y en vista de mi rebeldía y mala conducta escolar, me llevaron a terapia con ella. Siendo muy amiga de mis padres, y yo pilas, no le contaba muchas cosas por temor a que se los dijera. Me ayudó muchísimo, comprendió mucho de lo que me pasaba pero era amiga de mis padres. En lo que si fue fundamental, fue en que me dejaran de pegar. Cuando le conté el episodio de mi papá y las patadas y la golpiza que me diera en una oportunidad, se reunió con ellos y los golpes pararon, gracias a Dios! 

Maria Alicia

No recuerdo su apellido. Creo que murió y era una mujer joven. Muy chévere y también me ayudó a entender algunas cosas. Ella fue la que me hizo ver que mi parecido con mi papá, es uno de los factores por los que mi mamá no tiene una mejor actitud hacia mí. Siempre me decía que yo era igual a él . Y ella no lo quería. Me imagino que yo le recuerdo a mi papá. Una vez mi mamá me dijo que yo no quería a mi hermana Melanie porque yo era igual a mi papá que tampoco la quería (WTF?). Me hizo entender que parecerme a mi papá no era negativo sino positivo. Todavía eso es algo que me perturba. Me ayudó a superar que Gerardo rompiera el compromiso de casarse conmigo, de un día para otro. 
 
Melanie, yo, mi papa, Ana maria, Adriana y Carmen Cristina
José (creo) Angelis

No recuerdo bien las terapias con él , porqué no fueron muchas. Pero hubo un hecho muy importante en mi terapia. Yo estaba muy deprimida, ya casada con Gustavo y de repente me hundí terriblemente. Mi papá había muerto ese año y él  me hizo ver que su falta me había deprimido por lo malo de mi relación con mi mamá. El día que mi papá murió, ella y yo estábamos peleadas (para variar) y mi tía Cecilia fue la que le dijo que me abrazara cuando estallé en llanto en el Urológico. Nunca podré superar la apatía e indiferencia de mi mamá. Nunca. Es realmente impresionante verla sin inmutarse en momentos horribles.

Marilo Rodriguez

Marilo fue una mujer increíble. Era matemático. Era brillante. No sé por qué en mala hora vivió un episodio horrible en su vida personal que la llevó a quitarse la vida. Lloré y me afectó mucho y la extraño todavía. La noticia me la dio mi mamá, sin ninguna contemplación, tristeza o compasión. Con ella entendí miles de cosas, me ayudó full. Con relación a JB, de quien hablaré luego, tenía clarísimo que no habría futuro y no se equivocó. Me ayudó a conocerme, a interpretar los sueños y a vivir más feliz durante algún tiempo, hasta que se me fue.

Herminia Arias

Herminia! Herminia me hacia hacer tareas! Planas que ella llama afirmaciones. Su trabajo titánico fue tratar de enseñarme a quererme. A reparar los daños, a superar tantas equivocaciones y creer en mí. Enseñarme a que la vida es diferente a como me la aprendí. A no preguntarme tanto "por qué".  A no seguir intentando que mi mamá me apruebe, me acepte y me quiera como soy. A fijarme más en mí, en quien soy, por qué soy como soy, a aceptarme y quererme, a valorarme y subir esa autoestima. No lo logró. Trató también de verle el lado bueno a JB, pero él, tan hábil y manipulador, pudo convencerla de sus mentiras y trampas. 

Cuando le conté que en una oportunidad le dije a mi mamá que – por lo engorroso de tantos hijos -, hubiese sido mejor solo habernos tenido a Carmen, Pedro y a mí, y ella me respondió: “no, solo debí haber tenido a Carmen y a Pedro”, casi lloró. O cuando le dije yo una vez: “ay yo no sé por qué mi tío José Ricardo me quiere tanto” y me respondió “yo tampoco”. Siempre me decía que yo era una sobreviviente de la violencia física y mental. No entendía como pasaban esas cosas.

A todos, aun a dos más que vi sólo una vez cada uno porque huí de terror ante la forma de tratamiento, como el que me dijo “si, es verdad, tu mamá no te quiere, ¿y qué?”, les debo algún "click" en mi cabeza. Todos tuvieron influencia y me dejaron algo en mi interior. Todos trataron de remendar los rotos, las fracturas, las fallas, lo incompleto. No lo lograron. Avanzamos pero no se concluyó la tarea. A estas alturas, creo que ya no será.

A estas alturas, aun cuando Carmen Cristina se empeñe en creer que todas las familias son disfuncionales y que lo que vivimos fue normal, yo no lo veo ni lo siento así.  Y me alegro de que así sea.


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