Las
terapias
Vamos
a ver si puedo hacer un buen recuento de las personas que me ayudaron, las que
me traumatizaron y las que no me dejaron nada.
Beatriz
Manrique
Beatriz
es un genio. Ella fue una de las autoras de un programa nacional para la estimulación
de los bebes antes de nacer que tuvo gran acogida en otros países más que en
Venezuela. Estimulación de la inteligencia. Cuando tenía 13 años y en vista de
mi rebeldía y mala conducta escolar, me llevaron a terapia con ella. Siendo muy
amiga de mis padres, y yo pilas, no le contaba muchas cosas por temor a que se
los dijera. Me ayudó muchísimo, comprendió mucho de lo que me pasaba pero era
amiga de mis padres. En lo que si fue fundamental, fue en que me dejaran de
pegar. Cuando le conté el episodio de mi papá y las patadas y la golpiza que me
diera en una oportunidad, se reunió con ellos y los golpes pararon, gracias a
Dios!
Maria Alicia
No
recuerdo su apellido. Creo que murió y era una mujer joven. Muy chévere y
también me ayudó a entender algunas cosas. Ella fue la que me hizo ver que mi
parecido con mi papá, es uno de los factores por los que mi mamá no tiene una mejor actitud hacia mí. Siempre me decía que yo era igual a él . Y ella no lo
quería. Me imagino que yo le recuerdo a mi papá. Una vez mi mamá me dijo que yo
no quería a mi hermana Melanie porque yo era igual a mi papá que tampoco la
quería (WTF?). Me hizo entender que parecerme a mi papá no era negativo sino
positivo. Todavía eso es algo que me perturba. Me ayudó a superar que Gerardo
rompiera el compromiso de casarse conmigo, de un día para otro.
José
(creo) Angelis
No
recuerdo bien las terapias con él , porqué no fueron muchas. Pero hubo un hecho
muy importante en mi terapia. Yo estaba muy deprimida, ya casada con
Gustavo y de repente me hundí terriblemente. Mi papá había muerto ese año y él
me hizo ver que su falta me había deprimido por lo malo de mi relación con mi
mamá. El día que mi papá murió, ella y yo estábamos peleadas (para variar) y mi
tía Cecilia fue la que le dijo que me abrazara cuando estallé en llanto en el Urológico.
Nunca podré superar la apatía e indiferencia de mi mamá. Nunca. Es realmente
impresionante verla sin inmutarse en momentos horribles.
Marilo
Rodriguez
Marilo
fue una mujer increíble. Era matemático. Era brillante. No sé por qué en mala
hora vivió un episodio horrible en su vida personal que la llevó a quitarse la
vida. Lloré y me afectó mucho y la extraño todavía. La noticia me la dio mi
mamá, sin ninguna contemplación, tristeza o compasión. Con ella entendí miles
de cosas, me ayudó full. Con relación a JB, de quien hablaré luego, tenía clarísimo
que no habría futuro y no se equivocó. Me ayudó a conocerme, a interpretar los sueños
y a vivir más feliz durante algún tiempo, hasta que se me fue.
Herminia
Arias
Herminia!
Herminia me hacia hacer tareas! Planas que ella llama afirmaciones. Su trabajo titánico
fue tratar de enseñarme a quererme. A reparar los daños, a superar tantas
equivocaciones y creer en mí. Enseñarme a que la vida es diferente a como me la
aprendí. A no preguntarme tanto "por qué". A no seguir
intentando que mi mamá me apruebe, me acepte y me quiera como soy. A
fijarme más en mí, en quien soy, por qué soy como soy, a aceptarme y quererme,
a valorarme y subir esa autoestima. No lo logró. Trató también de verle el lado
bueno a JB, pero él, tan hábil y manipulador, pudo convencerla de sus mentiras
y trampas.
Cuando
le conté que en una oportunidad le dije a mi mamá que – por lo engorroso de
tantos hijos -, hubiese sido mejor solo habernos tenido a Carmen, Pedro y a mí,
y ella me respondió: “no, solo debí haber tenido a Carmen y a Pedro”, casi lloró.
O cuando le dije yo una vez: “ay yo no sé por qué mi tío José Ricardo me quiere
tanto” y me respondió “yo tampoco”. Siempre me decía que yo era una
sobreviviente de la violencia física y mental. No entendía como pasaban esas
cosas.
A
todos, aun a dos más que vi sólo una vez cada uno porque huí de terror ante la
forma de tratamiento, como el que me dijo “si, es verdad, tu mamá no te quiere,
¿y qué?”, les debo algún "click" en mi cabeza. Todos tuvieron influencia
y me dejaron algo en mi interior. Todos trataron de remendar los rotos, las fracturas,
las fallas, lo incompleto. No lo lograron. Avanzamos pero no se concluyó la
tarea. A estas alturas, creo que ya no será.
A estas alturas, aun cuando Carmen Cristina se empeñe en creer que todas las familias son disfuncionales y que lo que vivimos fue normal, yo no lo veo ni lo siento así. Y me alegro de que así sea.
A estas alturas, aun cuando Carmen Cristina se empeñe en creer que todas las familias son disfuncionales y que lo que vivimos fue normal, yo no lo veo ni lo siento así. Y me alegro de que así sea.
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