miércoles, 26 de junio de 2013

Llegar a los 10 (capítulo 3)

III
1961-1966

Al pasar a segundo grado entré con Carmen Cristina al San José de Tarbes, en la Florida. Mi maestra era la Srta. Carmen. Corina Azopardo era una de mis mejores amigas junto con Carolina Ruiz, Erika Kubler y Maria margarita Larrazabal. No recuerdo las razones del cambio, pero tuvieron que ver con Carmen mas que conmigo. Yo venia de primer grado y creo que me hicieron repetirlo, con la Srta. Alba. Así que del San José tuve dos grupos de promociones. Donde estaba María Eugenia Franchesci, Maa Elena Betancourt, Eleonora D'Ascoli y Diana Hernandez que también repitió. Esa repetida fue con la hermana Maa Luisa, hoy Frida María Caraballo, porque dejó el noviciado. Allí las cosas fueron mas estrictas y nos castigaban mucho por cualquier cosa, sin recreo, sin ir al baño, sin salir a la hora, cosas así.

Pedro estaba en el Colegio San Ignacio de Loyola, desde kínder hasta que se graduó, lo que se llama ser Senior. Luego Carmen se fue a Estados Unidos por un año, y no resistió mucho porque estaba enamorada de Apa y lloraba mucho. Entonces la trajeron de vuelta. Eso fue en 1965. Los Beatles estaban en pleno auge y eran (fueron, son y serán) un fenómeno musical mundial. Carmen se planchaba el pelo con la plancha de planchar, eso me impactaba mucho porque era peligroso, no sé cómo no le daba miedo.

El colegio San José de Tarbes es muy bonito y grande. Allí conseguí mis primeras amigas y algunas todavía lo son. Recuerdo mucho el olor de la mirra en las misas de primer viernes, la iglesia del colegio que es hermosa!, la profesora de gimnasia que decía “cuclillas, ya!” y era muy divertido y el patio central de primaria con la virgen. La hermana Redentor, la señorita Olga que nos pegaban y halaban el pelo como si fuéramos muñecos de trapo.

Pedro jugaba conmigo siempre y cuando no hubiese otros primos con nosotros. Cuando venían Alejandro, Andrés o José Ricardo, se burlaban y escondían de mí. Pero con él aprendí a jugar perinola, la vieja, metras y además a subirme a las matas y a montar bicicleta. Tenía muy buen carácter. Aunque a veces se ponía muy bravo. Mis primos Alejandro Peña y Andrés Sosa eran los que siempre venían a mi casa a jugar.
A veces me hacia maldades también  una vez me estaba ensenado a hacer kárate y me hacia golpear con fuerza el brazo de un mueble usando una almohada de colchón  pero de repente, quitaba la almohada y me pegaba durísimo. Y a veces, porque me toco compartir el cuarto con el durante unos anos, peleábamos y la verdad recuerdo que me pegaba duro.

Un tiempo estuvo en la casa mi tía abuela. De mi tía María Luisa, hermana de mi abuela Ana Teresa, recuerdo sus cariños, su amor por nosotros, su paciencia y su dulzura.  No sé cuánto tiempo estuvo, pero dejó su huella en mi por lo amorosa, atenta y preocupada por nosotros. Me acuerdo sentada en sus piernas viendo televisión, acompañarme y sobarme la barriga en las tardes cuando, por no poder ir al baño en el colegio, que no me dejaban ir, el dolor me mataba, casi literalmente. Tenía 9 años. Veíamos juntas un programa en el canal 13, el canal del conejo, que se llamaba algo así como Match 13, que era como memoria, y lo conducía Cappy Donzella, antes de meterse a hippy.
Ya Carmen Cristina andaba en sus salidas con chicos y Pedro Elías prefería estar con los varones.  Yo estaba siempre como que sola por ahí.
Recuerdo dos regalos de Navidad maravillosos, mis favoritos. Mi abuela Ana Teresa, un diciembre, me dio un pianito rosado lindísimo!!! Lo ame. Mi abuelita murió en 1967, un 27 de diciembre, de un infarto. Creo que no tenia ni 60 años. Mi mamá estaba en estado de Melanie, mi hermana numero 6. Después de Ana María nació Adriana al año y luego Melanie. El segundo regalo favorito me lo dio Mimía, más adelante y fue una máquina que hacia algodón de azúcar. Quién podía querer otra cosa?

Dos recuerdos terribles tengo de esa época  el primero tuvo que ver con un tipo que toco el timbre a mediodía en la casa. Yo estaba esperando el transporte. Hasta recuerdo que tenia el unirme de gimnasia. El venia con una campaña que era para la polio "Colabora con la olla". Yo tenía como 7 años. Mi mamá estaba durmiendo la siesta. No había más nadie. Yo abrí y el me llevó a la parte de atrás del jardín  Me hizo levantarme el uniforme y enseñarle de la cintura para abajo. No pasó de ahí, creo, pero recuerdo su cara, su olor, y ese momento tan extraño que nunca conté a nadie y hasta hoy escribo sobre eso.

Lo segundo que me sucedió fue que un día salí a buscar mi velocípedo a la casa de Marisol Tellería, mi vecina, porque mi mamá, iba a dormir siesta y me dijo que no saliera. Carmen Cristina la levantó y me acusó. Al regresar con mi juguete, me desvistieron las dos, mi mamá con una correa que mojaba dentro de la piscinita del jardín, me dio correazos en las piernas. Recuerdo que ni las medias por la rodilla me tapaban las marcas y las costras que me dejó esa pela.

Mi tío Rafael también iba mucho por la casa. Sigue casado con mi tía Joyce, una gringa que por más anos que lleva en Venezuela, todavía habla complicado. Ellos celebraron en mi casa, la tradición de EASTER, escondían los huevos de Pascua en el jardín y nosotros teníamos que encontrarlos. Yo me divertía full con ese evento. Cuenta la leyenda que a veces venían invitados muy allegados a la familia. Sucede que Astrid Salazar me cuenta que ella participo una vez y descubrió donde estaban escondidos los huevos y que me lo contó y yo de inmediato... la acuse!!!!! Que horror. Ella me lo cuenta en 2007, cuando la reencuentro en República Dominicana!!! Gran amiga. Mal hecho de mi parte acusarla. Seria que eso fue lo que aprendí a hacer? Acusar? Que malo eso. Hoy ya lo olvidamos!

A los 7 hice la Primera Comunión. Un 13 de junio, día de Corpus Cristi. En el colegio Teresiano, antes de cambiarme. Lo celebramos juntas mi prima bella Andreína y yo. 

El primer regalo que me dio una persona grande, fue una pluma Parker. Un regalo de gente mayor y yo feliz. Ese regalo me lo hizo Apa, el novio de Carmen Cristina. 

Recuerdo a la profesora Maria Elena. Una señora que me daba clases particulares de matemática porque nunca entendí bien esa materia. Siempre me costó mucho pasar esa materia. 

Recuerdo un fiestón que hizo Carmen Cristina, con una banda que se llamaba "Los Fugitivos". Yo me asomaba de la escalera a verlos bailar en el comedor. 

Ibamos a veces al hara de Eduardo Larrazabal, veterinario, amigo de mi papa y tío de Maria Margarita, mi amiga, mi hermana de corazón  alguien quien siempre tengo presente a pesar de la distancia y lejanía. La adoro. 

Y de esa época recuerdo una vez que me enfermé y de repente acostada vi pasar a mis papás por la puerta con maletas, me dijeron que ya venían. Pedro y Carmen también se despidieron. Pasaron 8 días. Se habían ido a un crucero por el Caribe y yo me quedé en la casa al cuidado de la cargadora. Fue horrible la experiencia. Nunca entendí por que me dejaron y no me llevaron con ellos. Nunca. Cada vez que lo comentaba se reían.

De mis hermanitas, esas tres que nacieron de un tirón, varios anos después de ser solamente Carmen, Pedro y yo, no recuerdo mucho. En un tiempo, ya Carmen saliendo con varones, Pedro con sus panas y ellas tres muy unidas y seguidas, yo estaba como en el medio más sola que la una.

Pedro y yo una vez tuvimos un accidente en su bicicleta. Nos estrellamos contra una pared. Le cogieron 10 puntos. Yo no me podía parar del piso. Fuimos a la clínica El Avila, allí lo cosieron y a mi nada, no podía pararme. Hasta que llegó mi papa y me hizo levantarme de puro terror. Esa noche vomité en la cama durmiendo. A los días de eso, mi papá le regaló la bicicleta a los muchachos del barrio. Creo que Pedro nunca se lo perdonó. Era verde, rin 26.


No hay comentarios: