domingo, 8 de julio de 2012

Lo que yo espero




Yo espero que la vida que nos queda sea bondadosa con nosotros, para que podamos ver lo que hemos sembrado en ella.
Yo espero que el amor que sentimos sea lo suficientemente poderoso como para llenar los corazones de quienes nos rodean.
Yo espero que la buena semilla germine en las almas de quienes nos importan para multiplicar la cosecha.
Yo espero que Dios vea con amabilidad la intensidad del amor que profesamos para que perdone a los que ofendimos al amar.
Yo espero que la transparencia de nuestros sentimientos impregne de luz e ilumine el camino de quienes apenas comienzan a pisar esa senda.
Yo espero que la inteligencia que nos realza sea  para pensar en el bien, más que  en el mal, que hacemos a los demás.
Yo espero que quienes nos aman sepan perdonar las torpezas y descuidos que tuvimos por actuar tantas veces sin pensar.
Yo espero que las mentiras que hemos dicho sean sólo un anhelado deseo de tener lo que más ansiamos en la búsqueda de la felicidad.
Yo espero que el pensamiento nos permita ver claramente que es mejor ser honestos y perder que mentir y ganar.
Yo espero que las riquezas del alma y del espíritu sean siempre mayores y mejores que los tesoros materiales.
Porque de nada vale la vida cuando se triunfa y se logra una paz encubierta, y al final de la vía realizamos que nos encontramos con las manos vacías, con el corazón exhausto y el alma en pedazos.
Yo espero que las armas más poderosas para derrocar al enemigo sean eternamente el amor, la honestidad, la humildad, el desprendimiento y la integridad.
Yo espero que lo que nos queda por vivir se plene de sinceridad, fe, pureza, alegría y ambición de prosperidad junto a los que de verdad amamos y nos aman.
Porque nuestro paso por la vida es corto y no hay tiempo que perder.
Yo espero dar lo que tengo y no lo que aspiro, prometer sólo lo que puedo cumplir, entregar sin condiciones y amar con el corazón más que con la razón.
Porque el mejor ejemplo que podemos dejar es la congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos, lo que pensamos y lo que deseamos.
Yo espero que Dios siempre esté allí conmigo para no dejarme descansar hasta que logre lo que yo espero.

Maria Elena