miércoles, 7 de agosto de 2013

Mi paso por la pantalla de Venevision (1984-1985)

El año de mi reinserción en la sociedad y en el mundo profesional, ya en serio, fue 1984. Dejé las maletas y fui directo a Venevisión, donde José Rafael Revenga, Vicepresidente Ejecutivo del canal me contrató de inmediato como reportera de la fuente legislativa oficial: el Congreso Nacional. Me asignaron a Carmelo Montaño como camarógrafo y a José Manso y Edgar Navas, el jockey, como asistentes. Cuando entré al canal comenzó una nueva vida para mí. Tenía muchos sueños, muchas ganas de hacer cosas novedosas, aplicar lo que había aprendido en mis años de Loyola, las experiencias adquiridas, lo observado en tantos programas noticiosos que pude ver en la televisión americana. Además, entré al canal con el pie derecho, de la mano de un “chivo”, “apadrinada”, “apalancada”, pero solamente por haber demostrado mis ganas, mi responsabilidad y mi seriedad –por cierto, virtudes que me enseñó mi papá, con todos sus defectos, eso, me lo inculcó-.
 
1985 


Me encontré primero conociendo a mi país, sus normas, leyes, poderes públicos, la faena del reportero, el matrimonio entre tu equipo audiovisual y tú. Las esquinas de Caracas, el centro de Caracas, el lado oeste, ese al que nunca hubiera ido si no fuera por mi trabajo. Conocer a ese otro venezolano, del otro lado de la ciudad, fue un gran aprendizaje. Ver la pobreza, la dificultad, las calamidades de mucha gente, el manejo político de esas situaciones. Los hospitales, la calle, en verdad, la calle de verdad. En ese entonces, otra reportera del área de cultura compartía “mi” camarógrafo y eso nos ponía en situaciones de celos y disputas entre ambas. Margarita W. (el apellido es complicadísimo, de descendencia polaca) más tarde terminó casándose con un político que la llevó a ser Primera Dama del estado Aragua. Excelente persona y magnífica periodista. Conocí los tribunales de la esquina de Pajaritos, el Palacio de Miraflores, el Fuerte Tiuna, la Corte Suprema de Justicia. Todo esto bajo la presidencia de Jaime Lusinchi, de Acción Democrática, quien ganó las elecciones bajo el slogan de “Jaime es como tú”.

Años de bonanza económica, un país despreocupado a pesar de sus muchas necesidades y pobreza. Años de bastantes limitaciones a la libertad de expresión, los canales de televisión muy alineados con el gobierno. Con todos los de la cuarta república, en realidad.
Foto cortesia de Maritza Mendez companera de Venevision. 1985.

Años en los que ministros detenían la noticia antes de alcanzar llegar al canal con el cassette y no había nada que hacer. Pero fue un año intenso, de muchísimo aprendizaje, de volver a la patria a mi primera gran incursión en un mundo adulto de diputados y senadores, empresarios y políticos, sindicatos y partidos, amigos y enemigos, adrenalina y coquetería.

Ese año me mudé a vivir sola. Fue un gran reto para mí pero lo conseguí hacer con éxito. Montaño me regaló mi licuadora Oster, fue mi amigo, mi protector, mi confidente. Lo recuerdo constantemente, pasamos muchas horas juntos y bastante padecía cada vez que algún Gobernador o Diputado se acercaba con fines románticos y yo no aceptaba ninguna invitación que no lo incluyera. Mis compañeros, Orlando Martínez, Leonisia Cusati, Roberto Martínez, Lisset González, Marbella Molina, Alexandra Cariani, Gustavo Grossmann. Mis jefas Josefina López e Idania Chirinos. Leslie Piña un tiempo y Julio César Camacho, a quien le tocó la amarga responsabilidad de dejarme ir del canal.

Yo lo estaba haciendo bien. La directiva estaba contenta con mi trabajo. Pero al otro lado de ciudad gótica, Alejandro Peña mi primo, junto con Ana María mi hermana, trabajaban en una secta a favor de un desquiciado norteamericano llamado Lyndon Larouche, quien editó un libro conocido como “Narcotráfico S.A.”, que hablaba del negocio de las drogas y aseguraba que Gustavo Cisneros era narcotraficante. El detalle está en que Cisneros es también dueño de Venevisión y yo hermana de Ana María quien junto a Alejandro repartieron el libro por toda Venezuela.

“¿Quién coño contrató a Maria Elena Mendoza en Venevisión?”, fueron las palabras de Cisneros en reunión con Revenga y Chirinos quienes hablaron de mi buen desempeño y además certificaban, previa investigación privada, que yo nada tenía que ver contra tal ofensa.
No sirvieron mis trabajos excelentes sobre RECADI, mis asignaciones especiales diplomáticas cada vez que nos visitaba un presidente extranjero, mi conocimiento del inglés y de producción de televisión, mi buenísima relación de trabajo en casa y en la calle. Me despidieron. Allí terminó mi sueño más deseado de crecer en VV, ser productora de mi propio espacio y de allí en adelante, la vida se convirtió en una serie de tropiezos y aciertos en mi carrera profesional.
Fue María Fernanda Flores, reportera de una revista matutina la que me ayudó en esa emigración de VV a VTV, canal del Estado que dirigía en ese entonces, Alberto Federico Ravell.

Así fue como entonces me fui al canal 8, a trabajar en un proyecto nuevo: La Noticia en Acción. No duró mucho. Chismes y más chismes llevaron a María Fernanda, mi amiga de la UCAB, de tantos años a creer un cuento chino que hizo que Ravell me sacara del canal de un día para otro sin razón aparente. Alberto F. Ravell es un hombre de negocios, hábil y poderoso pero también es grosero, irrespetuoso e hiriente que me maltrató horriblemente cuando me dijo que me fuera del canal 8.

Fue una experiencia muy dolorosa que no se aclaró hasta años más tarde, en el matrimonio de Carlos Fernándes y Marbella Molina, cuando me pidió perdón. Pero el daño se hizo y no había mucho más qué hacer.

Fue muy dolorosa mi partida de Venevisión. Como todo recién graduado yo tenía la mira puesta en ser un personaje reconocido, exitoso y trascendente en la televisión venezolana y ese canal me había abierto las puertas de una manera transparente y en reconocimiento a mi buen trabajo. Yo estaba en producción de RAICES VENEZOLANAS con Alba de Revenga y siendo la esposa de un VP del canal, tenía mi puesto asegurado cuando volviese de culminar mi maestría en Los Angeles.
Pues nada de eso pudo ser. Regresé e ingresé como reportera. Todo iba perfecto hasta que reventó el escándalo del libro y nada más que mi hermana Ana María estaba involucrada en tamaña barbaridad contra el presidente del canal donde yo comenzaba a tener piso, fuerza y un futuro brillante.
Nada de eso importó. Recuerdo cuando llorando le dije, Ana María, me estás arrebatando algo por lo que he estudiado toda la vida, allí es donde yo trabajo!, y me respondió con la sangre más fría del mundo “pues búscate otro trabajo en otro canal”. Nadie puede saber el dolor, la tristeza, la frustración, la pena, la depresión que este episodio tuvo en mi vida. En un dos por tres, todo lo que por esfuerzo propio había cosechado dentro de VV, se desvanecía en horas por algo en lo que yo no había tenido nada que ver. Ante la indiferencia en mi casa de mis padres, ante el horror de los gerentes del canal, ante el asombro de mis compañeros de trabajo, ante la ira de Gustavo Cisneros, no me quedó más remedio que aceptar que, luego de un año de ser la mejor reportera política que había tenido VV, haciendo reportajes de confidencialidad, habiéndome ganado la confianza y el afecto de todos, me tenía que ir, salir y dejar el mejor trabajo que nadie hubiese podido conseguir saliendo de la universidad. Julio César Camacho fue quien me comunicó que debía irme porque ya no tenía sentido seguir allí, que no me querían adentro. Sé que para él fue una pérdida importante. Lo fue para Jose Rafael Revenga quien me defendió y que hoy por hoy me trata con mucho afecto y buenos recuerdos.
Jamás nadie podrá saber lo que significó para mi, ver mis ilusiones, motivaciones, ganas, planes, esfuerzos, proyectos destrozarse y ni siquiera por una falla mía sino por el capricho de Ana María y Alejandro Peña con el asunto del libro. El destino se torcía hacia otra parte. Ya nada tenía ni tuvo sentido nunca más. Todo lo que siguió fueron tropiezos y dificultades. La vida comenzaba a ser lo que es.

Carmelo Montaño, mi camarógrafo, mi compañero. Tantas piedras en el camino al principio para luego convertirnos en llaves. Un hombre maravilloso que me ayudó siempre a desempeñarme mejor y me brindó apoyo y conocimientos sobre política y saber quién es quién. Me regaló mi primera licuadora cuando me mudé sola y siempre que podía me brindaba el almuerzo porque ganaba el doble!! Peleamos, nos contentamos, sufrimos y gozamos. Que Dios te bendiga Montaño!!

En VTV las cosas también fallaron. María Fernanda se empeñó en creer chismes y fraguó mi salida del canal. Mil disculpas me pidió después pero igual que en VV, el daño ya estaba hecho y después de tres meses también perdí la oportunidad de ser productora, que era mi sueño. El medio de la televisión comenzó a descubrirse como uno de intrigas, malas intenciones, envidias y que fastidio, yo no quería eso. Confieso que nunca supe quien convenció a la Flaca de tantas barbaridades. Yo tengo mi carácter y puedo ser muy dura a veces, intransigente, pero nunca jamás actuaría en contra de una amiga y menos de alguien que me apoyó tanto a mi salida de VV. Como tampoco dejaría de querer a un amigo por un cuento. Nunca me alejaría sin tratar las cosas directamente con él o ella. Nunca dejaría las cosas sin aclarar. Aquí murió mi ilusión de trabajar en televisión. Épocas duras donde no tenía yo la perseverancia por encima de la sensibilidad o inmadurez, tampoco tenía quien me aconsejara bien. No tenía asidero para discutir sobre mis asuntos. Para mí fue una derrota atroz. La herida que nunca cerró.

Recuerdo mis trabajos con mucho orgullo: la caída de la avioneta en El Avila, el aterrizaje de emergencia de la avioneta en la autopista del este, el secuestro de 3 aviones de Aeropostal. También recuerdo los trabajos especiales con la presidencia de Honduras y el Salvador, era la enviada especial a las reuniones privadas del presidente Caldera, fui invitada especial en Miraflores, en fiestas privadas de diputados y senadores, mis largas conversaciones con Reynaldo Leandro Mora, el éxito en la aprobación de la Ley contra las drogas, recibir los premios de periodismo en cadena nacional, etc. Una época lindísima. Me siento muy orgullosa de mi paso por la pantalla de la televisión. En 2009 me tropecé con Revenga en un evento cultural, fue muy emotivo y afectuoso al saludarme, eso me lleno de una alegría inmensa, nunca quise quedarle mal, decepcionarlo. Este día, me di cuenta de que no fue así. Gracias a Dios. Sin embargo, Alba Revenga mas nunca me habló.

1 comentario:

EL CARA E LIBRO, dijo...

TRISTE Y DOLOROSA HISTORIA QUE SE HA REPETIDO MUCHAS VECES, YO VIVÍ ALGO PARECIDO TANTO EN VV COMO LUEGO EN RCTV, TELEVEN FUE OTRO CUENTO, LAMENTABLEMENTE ES ASÍ, TU CARA ME ES FAMILIAR CREO QUE TAL VEZ NOS VIMOS EN ESA ÉPOCA ALLÍ EN VV. SALUDOS, BENDICIONES Y ÉXITOS.