RCTV fue una escuela muy
importante. Entré a trabajar al mes de haber dado a luz y un 27 de mayo comencé
de nuevo a vivir. Desde 1988 el mundo de las noticias se volvió mi mundo. Trabajaba
desde las 2 hasta las 10 de la noche además de no dormir para darle pecho a
Andrés Elías quien apenas tenía mes y medio de nacido. Nada me pesaba porque
adoraba mi trabajo. Todavía hoy añoro demasiado el trabajar en la televisión.
Mi año en Venevisión fue lo máximo y RCTV sería mi casa hasta 1991.
Eran épocas
de tubazos y competencia entre canales por cubrir más, mejor, primero, la
noticia. Varios éxitos tuve durante mi desempeño. Éxitos que me llenan de
profunda satisfacción. El primero fue cuando el presidente Carlos Andrés Pérez
asumió el segundo mandato. Primero, me enviaron en avión privado a entrevistar
al presidente de Guyana para nuestro programa especial. Fue un viaje relámpago
y fui porque sólo yo hablaba inglés. En segundo lugar, por mi cuenta estructuré
toda la programación de tres días en los que el canal transmitiría únicamente
lo que pasaría en el país alrededor de la toma presidencial. Algunos la
llamaron la Coronación porque fue un evento de tres día en el que los
presidentes de muchos países vendrían a una ceremonia en el Teatro Teresa
Carreño, propia de emperadores reyes y zares.
En cuanto a la División
Informativa concernía, teníamos que llenar la señal de esos días con puro
trabajo de prensa. No habría magazines, ni comiquitas, 72 horas de producción
de la noticia. A mi nadie me dijo nada pero personalmente me senté a escribir
el plan, cómo sería esa programación. Todavía conservo el original de ese
ejercicio. Más tarde supe que en una reunión de gerencia, Marcel Granier
preguntó: “Cuál es el plan que tiene Prensa para estos días que vienen?”, Luis
Huelga, productor del noticiero entonces, dijo que tenía todo listo y bajó a mi
escritorio, tomó mis documentos y subió a presentarlos en la reunión. La
historia me la contaría Gustavo Basalo, VP de Programación, quien estaba
presente en la reunión y quien fue mi jefe meses más adelante cuando Elizabeth
Pérez pudo más que todos juntos y me corrió de Prensa. Una de las cosas que no
soportó fue que el doctor Eladio Láres, presidente, me asignara a mí para
sustituir a Dhamelis Díaz en su programa con Carlos Fernándes en la mañana. Esa
tarea de 15 días me costó la paz y la tranquilidad hasta tener que irme del
departamento. Creo yo que fue así. Mucho tiempo después, la volví a encontrar.
Fue una época bellísima.
Giovanni Daboín, uno de los reporteros, y yo comenzamos a salir cuando Andrés
tenía como 6 meses y me di cuenta que mi matrimonio no tenía solución. Armando
me había dicho mentiras y me había decepcionado de su comodidad y su poca
comprensión de la responsabilidad que implicaba que nos habíamos casado. Allí
se terminó todo. Giovanni es un ser excepcional. Me cuidó a mi y a Andrés pero
no terminé de enamorarme. Quizás era demasiado prematuro. Estaba tratando de
abrirme paso en el canal, de vencer las batallas de la envidia y la necedad.
Giovanni veía todo muy simple y yo no estaba segura de que eso era lo que yo
quería. Andrés ocupaba mi espacio, mi vida y mi dedicación, no había nada más
en qué pensar. Mis recuerdos más bellos, haber sido la “madrina” de Sergio
Novelli y mandarlo a la calle para que comenzara a reportear. Así dejó la sala
de redacción y se convirtió en un personaje de la noticia. Compartir con
Norberto Mazza, Jaime Suárez. Aprender de Carlos redondo y contar con Sol
Vargas como compañera de trabajo. Maria Isabel Arriaga, Ana María Fernández,
Maria Cristina Beneyto y Alba Cecilia Mujica, mis compañeras de lucha.
Todavía en 1989 estaba
trabajando como Jefe de Producción del Noticiero Estelar de las 11:00 p.m. y en
febrero de ese año, pasó lo peor. Carlos Andrés Pérez, con su gabinete de los IESA Boys, tomó como medida el aumento
de 0.25 centavos de bolívar a la gasolina y, de la noche a la mañana, por no
haber comunicado y ejecutado esta medida idóneamente, comenzó una explosión
social en Guarenas. Saqueos, incendios, quemas de caucho, etc. iniciaron lo que
se convirtió en el inicio de la debacle de Venezuela.
Tres día de disturbios
en toda Venezuela, justo semanas después de que el nuevo presidente de
Venezuela tomaba el poder. En canal estuvo rodeado por la GN durante días para
protegernos. La gente saqueó casas, tiendas, automercados, etc. Hubo toque de
queda y teníamos que andar con salvo conductos para poder llegar a Los
Cortijos. Nos entrevistaban de emisoras de radio de todo el planeta para que
diéramos nuestra versión. Las cosas llegaron a calmarse después de muchos
disparos y muertos. Y repito, Venezuela no volvió a ser la misma después de
esto. Aunque no llegaría a ser el peor momento del país.
De 1990 a 1991
transcurrió una suerte de momentos tranquilos bajo la amenaza constante de
Elizabeth Pérez de sacarme de RCTV. El hecho de que Giovanni me prefiriera, por
decirlo de alguna manera, y de que el Dr. Lares me seleccionara a mi para la
suplencia, desataron la ira de los Dioses y estaba yo condenada a morir. No
hubo forma de arreglar aquello y en una movida rápida y concertada entre
Gustavo Basalo y yo, Director de Programación, fragüe el traslado de Prensa a
Programación.
Ya mis hermanas se habían casado. Las tres. Adriana ya había tenido a Melanie, su hija mayor, hermosa y brillante una nina super inteligente y preciosa. Melanie habia tenido a Fernando y Ana Maria no había tenido hijos. Carmen Cristina se había casado por segunda vez con Simón, un novio que había tenido en su juventud.
Atrás quedarían los
tiempos de noticias, correderas, sucesos, microondas y camarógrafos. Terminaba
para mi entonces el periodismo en televisión. Con todo el dolor de mi alma y
que todavía tengo como el de un viejo amor. La televisión es un amor, quizás el
más genuino, el amor más grande que he tenido. Giovanni se desapareció de mi
vida no sé ni cuándo. Le debo tanto porque estando tan sola, compartió mis
penas y mis noches solitarias. Los episodios de más necesidad en la crianza de
un bebé fueron menos duros por su apoyo. Andrés se prendió en lechina y mi mamá
me quitó la preocupación del contagio asegurándome que ya lo había padecido. No
fue cierto. Ella no tenía idea y Andrés me contagió justo cuando comenzaba a
trabajar con Gustavo. De inmediato se la pegué a Giovanni. Un desastre!
Giovanni llamaba a Andrés Cuqui Cuqui. Lo quiso mucho. Y a mí. Cuánto lamento
no haberme enamorado igual. Así deje de verlos a todos. A Maria Cristina, Maria
Isabel, Alba Cecilia, Sergio, Orlando. Inmediatamente me mudé al piso de arriba
y la experiencia fue absolutamente diferente y sabrosa.
Me quedó la
satisfacción de haber entrevistado al presidente de Guyana, haber dirigido la
toma presidencial, haber dado unos cuantos tubazos y haber tenido éxito en mi
desempeño.
Viajé a Acapulco, a
Orlando, conocí mucha gente, disfruté y luché por el futuro que me había
imaginado sin éxito. Claro que yo también debo haber actuado y sido inadecuada,
mi carácter, mi inmadurez, no lo sé. Pero siempre he querido salir adelante y
lograr mis metas. No lo logré.
Me duele
profundamente. Haría lo que fuese para corregir donde me equivoqué. Pero el
pasado pasó y no podemos lamentarnos sobre el agua derramada.
Mis trabajos fueron
buenos: dirigi en el Master de RCTV toda la recepción de los mandatarios del
mundo cuando llegaron a la toma de posesión de CAP, viaje a entrevistar al
presidente de Guyana en el avión del presidente de RCTV, participe en todo el
desarrollo de las noticias durante el Caracazo de 1989, Fui la productora del
club Disney, el festival de Acapulco y personalmente encargada de MENUDO cuando
llegaba a Caracas.
Mi matrimonio con Armando se deshizo sin remedio. Le falto ambición deseos de superacion y yo estaba llena de ganas y de ilusiones. No funciono estando el en Mérida y yo en Caracas. No estaba por graduarse como me dijo, todavía pasaron unos cuantos anos mas para que terminara la universidad.
Desde 1988 hasta casi 1992 mi vida se desarrollo entre Los Cortijos, La Campiña y Quinta Crespo. Trabaje durisimo, aprendí montones. Me divertí bastante y levante a mi negrito sola. Sin esposo y sin ayuda de la familia. Pedir que me ayudaran con Andres era perder el tiempo. Recuerdo a mi mama decir que la nariz de Andres parecía una escopeta morocha y mi tía Ana Dolores, decirle que si no tenia nada mejor que decir, que mejor no dijera nada... Jamas quería mi mama quedarse con el ni siquiera el día que murió el hermano de Erika, para ir yo al entierro.
Mi papa ya estaba muy enfermo. Recuerdo comentar que tenia un color de piel extraño y su semblante ya no era el mismo.
Recuerdo un día que fuimos todas a almorzar con el y de repente dijo que tenia una deuda conmigo porque mis hermanas siempre le pedían dinero y que yo nunca le pedía, le pidió entonces a Carmen Cristina que me hiciera un cheque y yo, absolutamente anonadada.
Así de justo era.
Andres de 2 anos, 1990. |