El vocablo resiliencia tiene su origen en el idioma latín2 , en el término resilio que significa
volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar3 . El término fue adaptado a las
ciencias sociales para caracterizar aquellas personas que, a pesar de nacer y vivir en
situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos (Rutter, 1993).
A continuación, se exponen algunas de las definiciones que, desde este campo, han desarrollado
diversos autores en torno a este concepto:
Þ Habilidad para surgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa
y productiva. (ICCB,1994)
Þ Historia de adaptaciones exitosas en el individuo que se ha visto expuesto a factores biológicos
de riesgo o eventos de vida estresantes; además, implica la expectativa de continuar
con una baja susceptibilidad a futuros estresores (Luthar y Zingler, 1991; Masten y
Garmezy, 1985; Werner y Smith, 1982 en Werner y Smith, 1992).
Þ Enfrentamiento efectivo ante eventos y circunstancias de la vida severamente estresantes
y acumulativos (Lösel, Blieneser y Köferl en Brambing et al., 1989).
Þ Capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas
o incluso ser transformado por ellas. La resiliencia es parte del proceso evolutivo y
debe ser promovido desde la niñez (Grotberg, 1995).
Þ La resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, esto es,
la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión; por otra parte, más allá de
la resistencia, la capacidad para construir un conductismo vital positivo pese a circunstancias
difíciles (Vanistendael, 1994). Según este autor, el concepto incluye ade -
más, la capacidad de una persona o sistema social de enfrentar adecuadamente las
dificultades, de una forma socialmente aceptable.
Þ La resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos
que posibilitan tener una vida sana, viviendo en un medio insano. Estos procesos
tendrían lugar a través del tiempo, dando afortunadas combinaciones entre atributos del
niño y su ambiente familiar, social y cultural. De este modo, la resiliencia no puede ser
pensada como un atributo con que los niños nacen, ni que los niños adquieren durante
su desarrollo, sino que se trataría de un proceso interactivo (Rutter, 1992) entre éstos y
su medio.
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