jueves, 18 de octubre de 2012

Malala soy yo


Triste está mi corazón y mi alma llora. 

La espiga de tu cuerpo tronchada por la locura, 
por la supina estupidez de la ignorancia, 
por la estulticia de un credo vacío, 
por la negación ciega de las evidencias que demuestran la inexistencia de Alá, 
y de cualquier cosa en el universo que pueda ajustarse a la tontería humana que llamamos Dios... 
me obliga y convoca a escribirte... 
Malala: tú sí eres Dios, 
Diosa, 
tú sí sabes del amor al hombre, 
a la mujer, 
a ti misma... 
Tú eres verdad, camino y vida verdaderos... 
Si vives o mueres, 
vivirás eternamente en la mente y en el corazón de millones... 
Y así, 
viva, 
vivirán por siempre tu causa y sus razones... 
Los que hoy, 
inmersos en la patética mueca del terror, 
aterrorizados por la sola presencia de tu voz, 
de tu mirada, 
de tu existencia, 
intentan callar tu voz, 
extinguir tu vida con razones asesinas, 
saben que están muertos, 
tan muertos como el falso profeta y el falso Dios que reivindican... 
Juan Marcos

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